Artistas

Hermen Anglada-Camarasa

Barcelona, 1871 - Port de Pollença, 1959

  • Baile gitano

    c. 1914-1921

Expuso en Barcelona a menudo desde 1888, centrándose en paisajes al estilo de Modest Urgell, al que siempre reconocería como su gran maestro, pese a haber tenido otros profesores como Josep Planella y Tomàs Moragas. Expuso individualmente por primera vez en 1894, en la Sala Parés de Barcelona. Después de años de lucha durísima en París (desde 1894), durante los cuales asistió a la Académie Julian, enfiló una carrera internacional fulgurante (París, desde 1898; Barcelona, 1900; Berlín, 1901, 1902 y 1904; Bruselas y Gante, 1902; Londres, Venecia, Múnich, Düsseldorf y Colonia, 1903) basada en sus visiones irisadas del París nocturno, personal aportación al Postimpresionismo internacional y al Modernismo catalán.

Tras un breve viaje a Valencia en 1904, sintetizó influencias del decorativismo del folclore hispánico, intensificó sus éxitos por Europa y América (aparte de París: Dresde y Viena, 1904; Londres, 1904 y 1908; Múnich, 1905 y 1911; Venecia, 1905, 1907 y 1914; Berlín, 1906; Bruselas, 1907 y 1911; Barcelona, 1909; Zúrich, 1910; Buenos Aires, 1910 y 1915; Roma, 1911 y 1914; Praga, 1913; Moscú, 1914) y contactó especialmente con la sensibilidad de la moderna escuela rusa: Gorki, Diaghilev, Meyerhold o Kandinsky tuvieron por él una intensa admiración.

Establecido en Mallorca en 1914 junto a varios de sus discípulos americanos de París, se volcó hacia el rutilante paisaje de la isla. Hizo entonces grandes exposiciones en Barcelona (1915), Madrid y Buenos Aires (1916) y Bilbao (1919). El cambio de sentido sufrido por el arte europeo a raíz de la Primera Guerra Mundial le hizo reorientar su carrera hacia Estados Unidos, donde fue reverenciado y expuso constantemente (Washington, 1924; Des Moines, Los Ángeles y Dallas, 1925; Nueva York, 1925 y 1926; Pittsburgh, 1925, 1926, 1929 y 1930; Chicago, 1925 y 1931; Filadelfia, San Diego y San Luis, 1926; Boston, 1930; Cleveland, 1931; Providence, 1934). Además la presencia de su obra en Buenos Aires y en Mallorca fue constante, siendo distinguido con sala de honor en la Internacional de Barcelona de 1929 y realizó importantes antológicas en Londres y Liverpool (1930).

Sorprendido en Barcelona por la Guerra Civil, y caída Mallorca en manos de los «nacionales», Anglada, republicano y masón, halló en la insólita orografía de Montserrat —donde residió por especial concesión de la Generalitat de Catalunya entre 1936 y 1939— una nueva y fecunda temática muy acorde con su complejo decorativismo. En su exilio francés en Pougues-les-Eaux (1939-1947) más que incorporar nuevos aspectos a su obra, reiteró con brillantez su temática anterior, aunque las adversidades de la Segunda Guerra Mundial y su ya avanzada edad terminaron por desconectarlo definitivamente de la línea más viva del arte internacional. Reintegrado a su casa de Mallorca (1947), pintó de nuevo su isla de adopción hasta que un accidente le obligó a retirarse, tras algunas nuevas individuales en Barcelona (1947 y 1952). Fue colmado de honores oficiales por el nuevo régimen español (sala de honor en la Nacional de Madrid de 1954, académico de honor de San Fernando, Gran Cruz de Alfonso X el Sabio) que vio en él una buena baza para apuntalar su maltrecha credibilidad en lo cultural.

Francesc Fontbona