Artistas

Francisco de Paula Escribano Liñán

Sevilla, 1820 - 1900

  • Un baile en Triana

    1850

Nacido en el seno de una familia de artífices hispalenses, se formó como pintor en la Academia de Sevilla, donde obtuvo en 1844 un segundo premio en la clase de Dibujo del natural. Su carrera artística se desarrolló siempre en la capital andaluza, al calor de esa institución. Aunque llegaría a reconocerse como catedrático de Pintura, quizá fue sólo ayudante en la cátedra de Dibujo de figuras de la Academia sevillana, cuyo titular fue en realidad Manuel Barrón (véase), ayudantía que compartió además con el pintor Manuel Cabral y Aguado (véase); se conocen muy pocos datos documentales de su trayectoria institucional, y son contadas también las noticias de su producción artística.

En cuanto a su interés por la pintura de historia, debe mencionarse que en 1858 se presentó a las Exposiciones regionales de Cádiz y de Sevilla con tres asuntos como La batalla de Covadonga, La Jura de Santa Gadea y Los amores de Rebeca, y que en Sevilla, todavía en 1878, pintó La partida de Colón del Puerto de Palos y El desembarco de Colón en el Nuevo Mundo, obras todas ellas por ahora desconocidas. Interesado igualmente por la pintura religiosa, en 1856 presentó en Sevilla un lienzo que representaba a San José, La Virgen y el Niño y en la Nacional de 1860, en Madrid, se dio a conocer con dos obras de este género, El ángel custodio presentando al Señor el alma de un justo y un San Francisco de Asís.

Es autor de algunos retratos que revelan que su producción dentro de ese género debió de ser más amplia. Así, son suyos el de José Mendoza y Ríos, de la Biblioteca Colombina de Sevilla, el del Papa Pío X del palacio arzobispal de la misma ciudad y el del Conde de Ybarra, del Ayuntamiento hispalense, entre otros.

Está documentada su labor como copista en el Museo de Sevilla desde 1841, de cuya habilidad da idea su obra más conocida y reputada, La familia Ybarra en una galería ideal de pintura sevillana de 1856 (Sevilla, colección Cajasol), que representa a los aristócratas en el interior del Museo de Sevilla con una selección imaginaria de famosas pinturas sevillanas, mientras son instruidos en ellas por el propio artista.

Carlos G. Navarro