- 01. Naturalezas idealizadas. Siglos XVII y XVIII
- 02. Paisaje norteamericano del siglo XIX
- 03. Entre el romanticismo y el realismo: el paisaje español
- 04. La renovación del paisaje en Francia
- 05. La herencia del impresionismo
Paraísos y paisajes en la Colección Carmen Thyssen de Brueghel a Gauguin
31 de marzo - 7 de octubre de 2012El Jardín del Edén, c. 1610-1612
Óleo sobre tabla de roble, 59,4 x 95,6 cm CTB.1988.29A lo largo de su vida, a Jan Brueghel, hijo menor del famoso pintor Pieter Bruegel, se le consideró, junto con Pedro Pablo Rubens, contemporáneo suyo aunque más joven, como el principal pintor de Amberes. Fue una persona cosmopolita y había viajado mucho. Entre 1592 y 1596 vivió en Roma y en Milán, primero al servicio del cardenal Ascanio Colonna, y luego bajo los auspicios del cardenal Federico Borromeo, que fue su mecenas durante toda su vida. En 1604 se encontraba en Praga y cuatro años más tarde ya era pintor de corte de los archiduques Alberto e Isabel, los regentes de la casa de Austria española en los Países Bajos.
De entre los temas bíblicos, Brueghel desarrolló la tradición flamenca de los amplios paisajes, derivada en último término del ejemplo de Joachim Patinir, pero basándose más recientemente en la obra de Gillis van Coninxloo. La tabla que aquí comentamos es seguramente uno de los primeros ejemplares de un tema que trató abundantemente, el del Paraíso. A Brueghel se le atribuyen más de cien paisajes de este tipo, en los que representa una serie de temas relacionados, que van desde el Jardín del Edén con Adán y Eva en último término, como en el que aquí comentamos, hasta la entrada de los animales en el Arca de Noé.
Al elegir el tema del paisaje repleto de animales exóticos, Brueghel se inspiró muy probablemente en el ejemplo de Roelandt Savery, que ya en 1610 había introducido el tema en Orfeo encantando a los animales (Frankfurt, Städelsches Kunstinstitut). Tanto Brueghel como Savery se encontraban en Praga en 1604, y este último se quedó en la ciudad al servicio del emperador Rodolfo II, erudito y experto conocedor de arte, y de su sucesor, Matías.
No obstante, varios de los animales más destacados de esta obra derivan claramente de los ejemplos de Rubens, colega de Brueghel en Amberes. Parece ser que el caballo tiene su antecedente en un cuadro perdido de Rubens, el Retrato ecuestre del archiduque Alberto, obra que figura en lugar destacado entre los cuadros de Rubens en la galería pintada por Brueghel para representar la Alegoría de la vista, 1617 (Madrid, Museo del Prado). El león y la leona de la izquierda están representados en un lienzo de gran tamaño de Rubens titulado Daniel en el foso de los leones (en paradero desconocido; anteriormente en la Colección Hamilton) del que subsisten los dibujos preparatorios. Los leopardos repiten dos de los tres que figuraban en un cuadro perdido de Rubens con un sátiro, una ninfa, unos putti y leopardos, que se encontraba entre las obras que el artista le vendió a sir Dudley Carlton en 1618 y que en la actualidad se conoce tan sólo a través de una estampa. Estas derivaciones distan mucho de ser un mero plagio; más bien ponen de manifiesto la estrecha relación que había entre estos dos artistas. De hecho, colaboraron de manera habitual e incluso crearon una ambiciosa versión de este tema, Adán y Eva en el Jardín del Edén (La Haya, Koninklijk Kabinet van Schilderijen Mauritshuis) en la que Brueghel pintó el paisaje y los animales y Rubens las figuras. La tabla lleva la firma de ambos artistas.
Las modificaciones en el caballo y el camello, introducidas durante la ejecución de la obra y visibles mediante reflectografía por infrarrojo, sugieren que, mientras pintaba este lienzo, Brueghel todavía estaba estableciendo los motivos que llegarían a ser elementos esenciales en su tratamiento posterior del tema. Esto respaldaría una datación temprana, casi con toda seguridad anterior a la versión de la misma composición que se encuentra en Roma, en la Galleria Doria Pamphilj, que se supone fechada en 1612. La tabla que aquí comentamos es seguramente una de las primeras versiones de un tema clásico en la abundante obra de taller de Jan Brueghel, que gozó del mecenazgo de las principales familias principescas de Europa.
Ivan Gaskell