- 01. El artista
- 02. Primeros años
- 03. España negra
- 04. Divisionismo
- 05. Impresionismo
- 06. Barcelona, última etapa
Darío de Regoyos
La aventura impresionista
14 junio 2014 - 13 octubre 2014
Lumière électrique (Luz eléctrica)
1901 Óleo sobre lienzo, 73 x 59,5 cm Irungo Udala / Ayuntamiento de IrúnImpresionismo
«El impresionismo es un infinito capaz de renovarse siempre, al ser el reflejo de ese otro infinito —la naturaleza— que se transforma constantemente.» Darío de Regoyos, 1905
El paisaje permitió a Regoyos investigar sobre la luz y el color en sus distintas gradaciones y matices. Fiel a las propuestas impresionistas, que conoció directamente en Bélgica y París, quiso expresar en sus obras la impresión inmediata que produce la apariencia de las cosas. Para ello adoptó la paleta clara y una técnica a base de pequeños toques de pincel, rápidos y cortantes.
Viajero incansable, sus campañas de trabajo en el País Vasco fueron regulares entre 1884 y 1912. Como otros pintores de su época, creía que existían territorios más o menos afines a la sensibilidad de cada artista, y él prefería trabajar bajo la luz fina del Cantábrico, que le permitía pintar a cualquier hora del día. Las salidas y puestas de sol, los días nublados, la luz crepuscular y los nocturnos, los vendavales y aguaceros, fueron sus temas preferidos. En obras como Lumière électrique (Luz eléctrica, 1901) o La Concha, nocturno (c. 1906) se hace evidente este interés por reflejar distintos fenómenos relacionados con la luz, que alcanza su máxima expresión en la representa¬ción de un mismo motivo en dos momentos distintos del día: Plaza de Burgos por la mañana y Plaza de Burgos al atardecer, ambas pintadas en 1906.