Artistas
Ignacio Zuloaga y Zabaleta
Eibar, 1870 - Madrid, 1945
Perteneciente a una importante familia de artistas, dedicados fundamentalmente a las artes aplicadas, nació en Éibar, el 26 de julio de 1870, abandonando pronto sus recién iniciados estudios de ingeniero para dedicarse de lleno a la pintura. Su primera formación artística la adquirió en el Museo del Prado, copiando las grandes obras de Ribera, Velázquez y El Greco, forjándose así la estética de su obra madura dentro de la tradición de la pintura española del Siglo de Oro.
Tras un primer viaje en 1889 a Roma –donde trabajó junto a otros artistas en un taller de Via Margutta-, marchó a París, ciudad crisol de vanguardias estéticas e intelectuales por las que quedó fascinado, y donde conocerá a los pintores más revolucionarios del momento, como Gauguin, Toulouse-Lautrec, Van Gogh, Émile Bernard y Maxime Dethomas, casado en 1899 con la hermana de éste, Valentine. Allí se introduciría en el círculo de artistas catalanes residentes en la capital francesa, entre los que se encontraban Utrillo y Rusiñol, con quien viaja de nuevo a Italia, recorriendo varias ciudades del norte y la Toscana.
En París comienza a obtener sus primeros triunfos, presentando en el Salon de 1899 su Retrato de familia, que es adquirido por el Gobierno francés. Sin embargo, influido por la ideología del grupo de escritores españoles denominado Generación del 98, Zuloaga vuelca el interés de su pintura en la búsqueda de las raíces autóctonas de los campos y gentes de Castilla, insistiendo en la austeridad de sus paisajes y la digna pobreza, callada y humilde, de sus habitantes, oscureciendo ostensiblemente desde entonces su paleta para resaltar los aspectos más dramáticos de la llamada «España negra», reflejada descarnadamente por este grupo literario.
Al crecer rápidamente su prestigio como retratista, su fama trascendió pronto de París a Estados Unidos, donde tuvo numerosa y rica clientela, exponiendo sus obras a lo largo de su vida con enorme éxito por todo el mundo.
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial regresó al País Vasco, estableciéndose en un monasterio del siglo XII situado en Zumaya (Guipúzcoa), hoy convertido en museo, donde instaló su numerosa e importante colección de obras de arte, entre las que se encuentran pinturas de El Greco y Goya, artistas a los que rindió especial admiración.
En los últimos años de su carrera, realizó fundamentalmente bodegones y retratos de encargo solicitados por el prestigio de su firma, que resultan en su mayoría algo convencionales y reiterativos, hallándose lo mejor de su producción hasta la década de 1920. En 1940 le fue concedida una medalla en la Bienal de Venecia, falleciendo en Madrid el 31 de octubre de 1945.
Ignacio Zuloaga es, junto a José Gutiérrez Solana, el gran pintor que continuó, entrado el siglo XX y dentro de la figuración, el espíritu y la estética más hondos de la tradición de la pintura española. Influido por El Greco, forzó los rasgos de su firme y marcado dibujo para acentuar la intensidad expresiva de sus figuras y paisajes, interpretados con un sentido dramático del color, abundante en grises y negros, aprendidos de Velázquez y, sobre todo, de Goya, artistas cuya huella se vislumbra sobre todo en sus espléndidos retratos.
Pintor de campesinos, toreros, prostitutas y damas de la alta sociedad de su tiempo, retrató magistralmente la sobriedad de los campos y pueblos castellanos, realizando también algunos floreros y bodegones, de interés menor.
José Luis Díez