Artistas

José Navarro Llorens

Valencia, 1867 - Valencia, 1923

  • Llegada de la pesca

    ca. 1904-1910
  • Amenaza de naufragio

    1894
  • Llegada a la ciudad

    s.f.
  • Llegada de los titiriteros a la ciudad

    s.f.
  • Baño en la playa junto a los carromatos

    c. 1915

José Navarro Llorens estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Pese a ser un seguidor de Sorolla no parece haber sido discípulo suyo; al menos su nombre no consta en la relación de alumnos atendidos por Sorolla en sus estudios particulares de Madrid ni en la clases de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando. Tampoco siguió los canales académicos convencionales de la época. Por ejemplo, no consta que optara jamás a una de las pensiones que concedía la Diputación de Valencia a los pintores nacidos en la provincia, y que se había convertido en eje de lanzamiento de muchos de ellos, como Francisco Domingo Marqués, Ignacio Pinazo y Joaquín Sorolla.

Entre 1883 y 1890 los diarios El Mercantil Valenciano y Las Provincias ofrecieron frecuentes reseñas de exposiciones de Navarro realizadas en diferentes comercios de la ciudad de Valencia. Las obras presentadas eran preferentemente marinas –en las que llegó a especializarse–, aunque también bodegones y floreros. En 1895 obtuvo una mención honorífica en la Exposición Nacional, donde Joaquín Sorolla obtenía una primera medalla con ¡Aún dicen que el pescado es caro! Viajó por Marruecos, donde realizó pinturas en pequeño formato de tipos populares y paisajes, lo que ha provocado que se especulara sobre su posible relación con la obra de Fortuny.

Se instaló a vivir en Godella, pequeño pueblo de la huerta de Valencia, donde mantuvo una estrecha amistad con Ignacio Pinazo, también residente en este pueblecito. Desde allí realizaba constantes viajes, de los que dejaba constancia en rápidas acuarelas y en pequeños óleos sobre lienzo, cartón y tabla. Pero sus temas preferidos fueron los relacionados con la playa de Valencia, y escenas de niños y mujeres al sol.

En 1908 recibió el encargo de decorar un casino de Buenos Aires, trabajo que no consta que llegara a realizar. En este mismo año viajó a Brasil, donde expuso en Río de Janeiro y Bahía. Junto a otros sorollistas como José Mongrell, Francisco Pons Arnau y Julio Vila Prades tuvo un aceptable éxito de ventas fuera de España, sobre todo entre los nuevos coleccionistas de México, Argentina y Brasil. Sus obras fueron mejor aceptadas en estos mercados internacionales, así como en Inglaterra y Estados Unidos, que en el mercado local, donde no le benefició la constante comparación que los críticos establecían entre sus obras y las de Sorolla.

Carmen Gracia