Juan Martínez Abades
Recogida de algas en la ribera del Berbés (Vigo)
1892-
Óleo sobre lienzo
40 x 76 cm
CTB.1994.46
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© Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga
La obra representa una escena marinera ambientada en el barrio vigués de La Ribera, popularmente conocido como el Berbés, situado en la parte occidental de la ciudad, en la pequeña ensenada de San Francisco. A la derecha se ven las características casas de pescadores, construidas sobre lonjas o porches con arcos de medio punto, y cuyos pisos altos se abren en corredores que se asoman en voladizo sobre fuertes canes de piedra. De las balaustradas de madera solían prender redes o, como aquí, ropas, que se tendían para secarse el aire libre. Este tipo de construcciones es típica de la arquitectura de las Mariñas y puede verse, además de en Vigo, en Noya y en Muros.
Como se muestra a la derecha, los soportales servían para proteger de la lluvia los útiles de pesca. A la izquierda, a la orilla del mar, aparecen varias mujeres y, algo más adentro, un hombre atareado en la recolección de algas o sargazos, puestas a secar a la derecha, junto a la barca y las maconas.
En segundo término se ve a otras mujeres, tres de ellas junto a unas cestas con pescado, dos sentadas en un banco y otras en grupo, junto con algún marinero. Parecen ocuparse en tareas de regatonería, medio de vida habitual en aquel barrio, que consistía en la compra y salazón de toda clase de pescados que luego se vendían. Al fondo se aprecia el desembarco de los pescadores, junto con algunas otras mujeres. La acumulación de restos de pescado producía una pestilencia que no dejaron de notar los viajeros como George Borrow y cronistas locales.
El bullicio y animación de La Ribera llamó sin duda la atención del artista, que acertó a captar en todo su carácter el pintoresquismo del sitio, que poco después se transformaría con la sustitución del sucio playazo por un muelle de piedra, con rampas, para fondeadero y descarga del pescado fresco, que se hallaba construido en 1897.
Martínez Abades había estado en Galicia a su vuelta de Italia, en 1890. Allí visitó, entre otros lugares, las ciudades de La Coruña, donde vivía su hermano Luis, y Vigo, cuyo puerto pintó en una tablita fechada en ese año. A lo largo de los meses de agosto, septiembre y octubre de 1892 estuvo en Vigo otra vez ocupado, con su discípulo Luis Suárez Llanos, en la realización de seis cuadros de gran tamaño para la sala principal del Gimnasio, entidad recreativa fundada en 1881.
La obra tiene como tema principal la recogida de las algas que deja muertas la mar en la orilla, llamadas sargazos (en Galicia, ceba). Utilizadas para el abono de los campos, su recolección se hace aprovechando las mareas de septiembre, mes en que debió de pintarse el cuadro. Las sargas utilizan para la extracción los angazos o anciños, que rastrillan la superficie de la arena y los clamoeiros o ganopanes, especie de trueles que filtran el agua. El pintor, reputado marinista, cultivó a menudo estos motivos. En una ilustración publicada en Blanco y Negro (n. 490, 22 de septiembre de 1900) aparece una mujer ocupada en esta tarea, con el siguiente pie: «Es frecuente ver en las costas gallegas mujeres dedicadas a la recolección de las algas». En 1904 volvió a pintar el mismo motivo en una obra titulada María de los Ángeles, y también lo trató en un lienzo de 1914, titulado Recogida de algas, que perteneció a la colección de Antonio González-Vigil.
En esta obra, el pintor dejó un gran espacio vacío en el centro de la composición haciendo converger las dos líneas de figuras en segundo término. La predilección por los tonos ocres y grises sucios, así como el colorido oscuro de los reflejos en el agua, son rasgos típicos de su pintura de esta época, que desaparecen avanzado el último decenio del siglo, sustituidos por una captación atmosférica más luminista. No obstante, en la manera de reflejar la espuma blanca de la parte izquierda de la composición se advierte la soltura y el acierto en la pintura del mar, en un momento en el que su dedicación marinista había sido ya consagrada por la crítica y el público.
En la representación del ambiente del Berbés precedieron a Martínez Abades un buen número de dibujantes y pintores, entre ellos Francisco Padilla, que en sus viajes a Galicia, en los veranos de 1871 y 1873, realizó dibujos, acuarelas y óleos con este tema. En 1873 La Ilustración Española y Americana publicó, grabados en madera por Capuz, unos dibujos suyos, y en 1874 se difundió el motivo cuando Pradilla obtuvo el primer premio del certamen convocado por aquella revista por un dibujo, titulado La ribera de Vigo, de encuadre similar a este lienzo. Otras acuarelas y aguazos de esta época, titulados Mercado, dan cuenta de este mismo tema, pero, sobre todo, es importante el lienzo titulado Antigua ribera del Berbés de Vigo (Galicia), que pudo verse hace pocos años en el mercado madrileño.
En la colección Pedro Masaveu existe un lienzo, firmado por Beruete y que puede corresponder a su primera época, en el que se ve el motivo, pero en la otra mitad de la playa, mirando hacia el oeste. También representaron en el siglo XIX el Berbés, luego tan frecuentado por la pintura gallega del XX, dibujantes como Teodomiro Avendaño (cuyo dibujo, grabado en madera por Capuz, fue reproducido por La Ilustración Española y Americana, Madrid, 22 de septiembre de 1874, p. 557), J. Ruiz (grabado en La Ilustración Gallega y Asturiana, 8 de agosto de 1881) y Julio Riudavets (La Ilustración Española y Americana, 22 de agosto de 1886, p. 109), entre otros. Posteriormente, Serafín Avendaño realizó para Blanco y Negro ilustraciones con La Ribera (12 de agosto de 1893) y de recogida de algas (8 de diciembre de 1900; 21 de abril de 1906).
Javier Barón