Gonzalo Bilbao Martínez
El descanso de los campesinos
c. 1885-1920-
Óleo sobre lienzo
65 x 97 cm
CTB.2012.11
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© Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga
Gonzalo Bilbao Martínez fue un destacado y reconocido pintor español de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Poseía una sólida formación pictórica que además fue enriqueciendo a lo largo sus viajes por España, Francia, Italia, Norte de África y Sudamérica. Asimismo, se convertiría en uno de los máximos exponentes del luminismo de la escuela sevillana.
Cultivó todos los géneros pictóricos, especialmente el costumbrismo andaluz, el paisaje, el retrato y también la temática religiosa, aunque en menor medida. Dentro de sus pinturas de tipología costumbrista debemos destacar las escenas del campo andaluz, ambientadas en el mundo rural, representando de un modo sencillo y natural la vida de los campesinos andaluces. Estas obras de tipo regionalista fueron realizadas a partir de 1885 y podríamos señalar que existe una doble temática: la realidad social del trabajo del campo y la del paisaje.
La vuelta al hato (1885) será la primera obra de esta serie, presentada en la exposición artística provincial de Cádiz ese mismo año. Posteriormente ejecutaría otras dos destacadas obras del mismo asunto, de las que realizaría varias versiones: La siega en Andalucía (1894), que sería elogiada por el jurado en la exposición de París de 1894, y La recolección (1896).Dado el éxito de este tipo de pinturas de temática agraria, el pintor seguiría efectuando estas obras hasta la década de 1920, a las que se sumarían otro tipo, relacionado con el mundo del trabajo, pero en este caso de las fábricas de la ciudad de Sevilla.
A la serie de las escenas del campo andaluz pertenece la obra El descanso de los campesinos (c. 1885- 1920) de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. En la obra se muestra a un grupo de segadores en su descanso después del trabajo. En primer término los campesinos comen y descansan a la sombra de un árbol, y en un segundo término otros reposan a pleno sol entre el heno. Las figuras carecen de contorno definido, únicamente están abocetadas y van perdiendo nitidez según se alejan en la inmensidad de la pradera. Destacan especialmente los sombreros amarillos de los campesinos que se encuentran en primer plano, siendo ésta la única nota de luz en la zona de sombra del árbol.
Desde el punto de vista técnico, cabe destacar que el pintor capta magistralmente la luz y la atmosfera del lugar, jugando con los contrastes lumínicos, rasgo característico del impresionismo francés. Asimismo, en la composición hay una clara diferencia entre las zonas de luz y sombra. La zona del primer plano, en sombra, de colores verdes y terrosos, se contrapone a la zona del fondo, iluminada por el sol y realizada en vivos tonos amarillos, donde la nota de color más oscuro son las figuras de los campesinos. El pintor únicamente utiliza una paleta de tonos ocres, amarillos y verdes para la representación del campo y otros más oscuros para los personajes.
Indudablemente este tipo de temáticas del mundo campesino nos remonta al panorama artístico francés de finales del siglo XIX, bien conocido por el pintor, y a las series ejecutadas por otros artistas, como Millet o Vicent van Gogh. Asimismo, es inevitable pensar en la obra de Van Gogh al observar El descanso de los campesinos de Gonzalo Bilbao, especialmente por las similitudes estilísticas y cromáticas.
María Luisa García Serrano