Joaquín Sorolla y Bastida
Lavanderas de Galicia
1915-
Óleo sobre lienzo
38,3 x 45,5 cm
CTB.1999.100
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© Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga
Aunque esta obra no tiene relación directa con la magna decoración de la Biblioteca de la Hispanic Society of America de Nueva York, sí fue ejecutada al tiempo de uno de los paneles que la constituyen: el de La romería. Galicia, pintado entre el 15 de julio y el 15 de septiembre. Esta escena que sin duda, como explicaré más adelante, está tomada de la ría de Arosa, no se reproduce en el panel, aunque sí es la misma ría protagonista del fondo de aquél.
Joaquín Sorolla comienza el año 1915 pintando en Sevilla dos de los cinco paneles dedicados a Andalucía. En febrero termina El baile. Sevilla, realizando a continuación Los toreros, obra que finalizará en el mes de abril. Tras una corta estancia en Madrid, viaja acompañado de su hijo a Valencia y Barcelona, donde busca el tema y el lugar donde pintar el panel dedicado a Cataluña. Su salud se resiente y decide regresar a Madrid. Se toma un corto descanso en Valencia, en la playa de la Malvarrosa, acompañado de su familia, desde primeros de junio hasta mediados de julio. Este descanso relativo, pues no deja de pintar magníficas escenas playeras, le sirve para recobrar fuerzas y afrontar la realización de su siguiente panel.
Llega a Villagarcía de Arosa, de nuevo acompañado de su familia, a mediados de julio. Con la ría de Arosa como fondo, llevará a cabo su panel dedicado a Galicia, La romería.
De sus estancias en Galicia poco sabemos, pues siempre que allí viajaba lo hacía con su familia, no existiendo lógicamente la abundante correspondencia familiar que tan útil es a la hora de datar obras y de conocer sus juicios acerca de ellas. Lo único que lo documenta es una entrevista de Alejandro Pérez Lugín a Sorolla en Villagarcía, en agosto de 1915 –«La capa de Sorolla y la montera de Huntington»–, publicada en El Heraldo, donde se comenta: «Creo que es Galicia el país más difícil para pintar por la variedad, por la facilidad con la que todo cambia».
No era la primera vez que Sorolla veraneaba en Villagarcía –ya lo hizo cuando sus hijos eran pequeños–, y, sin embargo, sólo hay dos estudios de esta ría, ambos del año 1915: este pequeño cuadro y otro de idénticas dimensiones, La ría de Villagarcía de Arosa, que es el que nos ha servido, junto a la fecha que figura con la firma en estas Lavanderas de Galicia, para situar allí el motivo de la obra.
Estos dos cuadros, además de tener las mismas medidas, formato poco habitual en Sorolla, poseen el mismo tipo de lienzo y bastidor, igualmente atípico, ocurriendo lo mismo con el tono de la imprimación de ambos, color sepia oscuro, tono que no se encuentra en la preparación de los lienzos de Sorolla. Esto nos hace pensar que los lienzos fueron adquiridos en Galicia.
Las obras en los dos casos fueron regaladas a buenos amigos. La que aquí estudiamos, Lavanderas de Galicia, a un conocido médico gallego, afincado en Madrid, con quien Sorolla intimó a raíz del tratamiento de la enfermedad que contrajo su hijo en 1913; y la otra, La ría de Villagarcía de Arosa, procedente de la testamentaría de Sorolla, serie L, n.o 32, se la regaló Clotilde García del Castillo, la viuda de Sorolla, poco después de la muerte de éste a un fotógrafo amigo. A través de una nota enviada por ella a su hija María, en la que le hace relación de los apuntes procedentes de su legado testamentario y regalados a amigos e instituciones benéficas, titula este cuadro Paisaje de Villagarcía, el mismo que figura en la testamentaría. Éste ha sido un punto importante a la hora de confirmar el lugar de realización de esta obra, ya que en el paisaje de la ría, como en este caso, tomado desde lo alto, aparece en el primer término un grupo de lavanderas en sus orillas.
Es interesante también constatar que los dos cuadros fueron pintados en momentos distintos, pues ni la luz ni la colocación de las figuras son las mismas.
El cuadro que aquí se presenta, sorprendente por la potencia del color de las aguas, está tomado sin duda en un día despejado, ya que el azul del cielo es el que se refleja en ellas, lo mismo que ocurre con su panel La romería. Galicia, de gama también encendida. El otro estudio de la ría, aunque también luminoso, está realizado en un momento de cielo cubierto de ligeras nubes, dando una suavidad al conjunto, y unas tonalidades violetas y verdosas acordes con las características de esa región.
Los gruesos empastes de las figuras, menos habituales en estos momentos, los encontramos en las dos obras y contrastan con la ligera capa de pintura muy diluida en aguarrás en la ría y en el paisaje del fondo.
Es probable que estas dos escenas fueran pintadas desde el castillo de Vista Alegre, que fue el lugar donde Joaquín Sorolla, con su familia, instaló el estudio durante su estancia veraniega. Permaneció en Galicia, pintando su panel, hasta mediados de septiembre; de allí se desplazó a Barcelona, donde inició de inmediato su panel El pescado, dedicado a Cataluña.
Blanca Pons-Sorolla